domingo, 23 de noviembre de 2014

PEDAGOGÍA CONDUCTISTA: ORIGEN Y BASES PRINCIPALES

La teoría de aprendizaje basada en la conducta tiene diferentes visiones dentro de la propia corriente, como el condicionamiento clásico de Watson, el condicionamiento operante de Skinner o la teoría cognitivo-social de Bandura, entre otras. ¿Qué quiere decir esto? Que aunque todas se basen en una idea principal, el aprendizaje basado en la conducta a través de conexiones estímulo-respuesta en un medio ambiente es una teoría compleja y por tanto, las críticas recibidas no nacen únicamente de constructivistas o cognitivistas, sino que los propios investigadores conductistas difieren unos de otros. A pesar de las dudas que genera dentro del ámbito educativo, actualmente su aplicación en las aulas como metodología de aprendizaje sigue en vigor debido a los resultados que consigue, y eso es un hecho. Pero antes de avanzar en este tema, sería interesante hacer un recorrido sobre el origen y el desarrollo que tuvo esta corriente a principios del siglo XX.


El fundador de la Escuela Psicológica Conductista fue Watson en el año 1913, tras la publicación de su artículo “La psicología desde el punto de vista conductista”. Su teoría se basaba principalmente en el condicionamiento clásico iniciado ya previamente por Pávlov y su estudio sobre el reflejo condicionado. La teoría afirmaba que partiendo del proceso de condicionamiento clásico se podía conseguir que un sujeto modificara su respuesta a través de un estímulo condicionado. De modo que se genera un cambio de actitud en el sujeto que inicialmente no tenía. (El ejemplo se puede ver en el experimento del perro, la salivación y la campana). Tanto Watson como la reflexología rusa niegan la introspección, pero la principal diferencia que Watson introdujo fue la introducción de sentimientos en el estudio, ya que según él, las conductas surgían del amor, la rabia y el miedo. Al mismo tiempo que su metodología experimental no sólo se centró en animales, sino que experimentó con personas como fue el caso de “El pequeño Albert”.

Otra de las influencias que recibió fue el psicólogo Thorndike y su teoría basada en el co- nexionismo, la cual tenía como base el condicionamiento clásico, pero además introducía lo que sería la ley del efecto. Según Thorndike, una acción acompañada de un estado de satisfacción tenderá a repetirse mientras que una acción seguida de un estado de insatisfacción tenderá a no realizarse tan a menudo. Estos estudios influyeron posteriormente en Skinner, quien proponía un conductismo operante; ante un estímulo se produce una respuesta voluntaria, la cual puede ser reforzada de manera positiva o negativa provocando que la conducta se fortalezca o debilite. Esta teoría la puso en práctica con su hija al observar dificultades en su aprendizaje y la poca eficacia de los métodos empleados en clase, y podría decirse que es la teoría más práctica y la que ha tenido mayor importancia en la actualidad dentro del ámbito de la educación. 

Según esta filosofía, el alumno sólo aprendería si se produce un cambio en su actitud. Por tanto, el objetivo del conductismo en educación sería condicionar a los alumnos para que por medio de la educación supriman conductas no deseadas y aumenten conductas positivas (refuerzo-castigo). Establecen un modelo de comunicación vertical dentro del aula, donde el papel del profesor sería de emisor activo, es la persona que posee los conocimientos, diagnostica y diseña la instrucción. Mientras que el alumno es el receptor pasivo, que debe respetar a la autoridad (el profesor) y que su aprendizaje dependerá de los estímulos que reciba del exterior.

Esta metodología será criticada posteriormente por Bandura con su teoría cognitivo-social. Él considera que el sujeto no sólo actúa de forma automática, sino que el sujeto también reflexiona y responde de forma significativa. Según él, la persona mediante la observación puede aprender una acción y sus consecuencias, y su decisión estará influenciada por sus características personales y su motivación. Por tanto, se podría decir que la teoría de Bandura se ubicaría entre el conductismo y el cognitivismo.


Partiendo de estas ideas generales, puede ser fácil la crítica de esta teoría de aprendizaje ya que tratar a todos los alumnos por igual, sin diferenciar aptitudes y habilidades de cada uno es un error. Con el paso de los años se ha demostrado la diversidad del alumnado que hay dentro de las aulas, y seguramente, por ello existen diferentes teorías de aprendizaje. Creo que hay que entender la pedagogía conductista como una herramienta más, entendiendo sus pros y sus contras, y saber emplearla de forma beneficiosa para el alumno, el profesor y el aula en general. Toda teoría puede ser complicada si se lleva al lado más extremo, pero en cambio, si se utiliza correctamente puede ser una metodología esencial. Bien es cierto que la teoría que propone Watson podría ser muy arcaica y radical, pero gracias a sus estudios iniciales ha conseguido que otros investigadores desarrollen el conductismo de una forma más actual y práctica como la teoría de Skinner y Bandura. Creo que hay que entender el conductismo como una corriente que evoluciona y se desarrolla también por prueba y error y que finalmente, con Bandura, llegando a una teoría más social establece una base muy buena sobre la que partir, porque sin dejar de lado la conducta del alumno, que en la adolescencia puede ser un factor muy importante, también le concede la voluntad y la reflexión.

Mapa conceptual sobre el origen del conductismo y su desarrollo posterior


Bibliografía


Ardila, R. (2013). Los origenes del conductismo, Watson y el manifiesto conductista de 1913 en Revista Latinoamericana de Psicología, 45 (2), 315-319. Recuperado de http://www. redalyc.org/ [ 8-11-2014 ]


Bélanger, J. (1999). Imágenes y realidades del conductismo;traducción Esteve Freixa i Baqué. Oviedo: Servicio de publicaciones, Universidad de Oviedo.


Yela, M. (1996). La evolución del conductismo en Psicotherma, 8, 165-186. Recuperado de http://www.psicothema.com/ [ 8-11-2014 ]

martes, 18 de noviembre de 2014

MARÍA MONTESSORI Y LA PEDAGOGÍA PROGRESISTA

Como ya expone Ken Robinson, uno de los problemas que se puede apreciar en la actualidad dentro del ámbito de la educación es la falta de metodologías que desarrollen la capacidad creativa del alumno. Este es un problema que afecta por un lado a los niños de corta edad, ya que en esa época es cuando la imaginación está en su pleno auge, y posteriormente a los adolescentes debido a la falta de desarrollo creativo.

Partiendo de esta idea inicial, considero que la metodología de enseñanza que propone María Montessori tiene sus cosas positivas y sus cosas negativas. Es interesante esa forma de aprender basada en la libertad y autoaprendizaje en la primera fase (infancia) ya que permite al alumno la autonomía propia de crear, pensar, equivocarse, acertar y construir conocimientos limpios por sí mismos, sin manipulación alguna. Al mismo tiempo le permite sociabilizarse y adquirir capacidades y habilidades sociales que serán necesarias a lo largo de su vida. Mientras que para los adolescentes y jóvenes esa metodología quedaría muy básica y con carencias. Con el paso de los años y la madurez que vayan adquiriendo, los alumnos aumentarán sus capacidades pudiendo realizar otro tipo de aprendizaje dependiendo de los ámbitos educativos, sociales y laborales donde se muevan. Por ejemplo, un alumno en la segunda fase educativa con esta metodología de aprendizaje nunca podría ser notario, ya que la oposición que se requiere, supondría un aprendizaje muy lineal y repetitivo.


Como conclusión, es interesante conocer esta metodología nueva pero creo que hay que abrir el abanico de posibilidades en cuanto a tipos de aprendizaje ya que como muchos estudios han revelado ya, cada alumno tiene una capacidad y un ritmo de aprender diferente, y por tanto, es necesario que el sistema de enseñanza se adapte en determinadas ocasiones.

EL KRAUSISMO EN ESPAÑA

Partiendo de las ideas generales que el otro día mis compañeros expusieron en el debate, podríamos entender el krausismo como una doctrina que defiende la tolerancia académica y la libertad de cátedra frente al dogmatismo y que llegó a España gracias a Julián Sanz del Río y a la Institución Libre de Enseñanza dirigida por Francisco Giner de los Ríos.

Para comenzar creo importante destacar desde el inicio el valor y la confianza que tuvieron los creadores de esta corriente para defender su propuesta en aquellos tiempos, y por tanto el éxito que realmente han tenido ya que hoy en día, sigue siendo una fuente importante de información y de realidad, tanto en el ámbito educativo, como social y político. Por tanto, es un ejemplo más de que si crees en ti mismo, en tus ideales y trabajas por ello, puedes llegar muy lejos. Partiendo de esta premisa inicial, es interesante entender el krausismo como un modo de vida donde la ética está por encima de todo a nivel social, donde la coeducación, la educación activa y la necesidad de planificación escolar eran conceptos importantes, donde el papel de la mujer se merecía un respeto que no recibía y donde la libertad, en todos los ámbitos, era un derecho, entre otros tantos conceptos socialistas. Son aspectos que en el siglo XIX ya se planteaban y que en la actualidad aún sigue siendo, en ocasiones, el centro de debate. Por tanto, se podría decir que los ideales krausistas aún están presentes actualmente ya que muchos objetivos que se planteaban, están en proceso de desarrollo y evolución, como por ejemplo y hablando en términos educativos, el currículum como base de organización y planificación actual del sistema educativo.


Así pues, creo que el krausismo fue una de las corrientes iniciales que habló de libertad en todos sus ámbitos y que gracias a su promulgación y esfuerzo, consiguió que sus ideales llegaran a otros pensadores e investigadores posteriores, los cuales han podido seguir desarrollando esa libertad de forma más específica.