La teoría de aprendizaje basada en la conducta tiene diferentes visiones dentro de la propia corriente, como el condicionamiento clásico de Watson, el condicionamiento operante de Skinner o la teoría cognitivo-social de Bandura, entre otras. ¿Qué quiere decir esto? Que aunque todas se basen en una idea principal, el aprendizaje basado en la conducta a través de conexiones estímulo-respuesta en un medio ambiente es una teoría compleja y por tanto, las críticas recibidas no nacen únicamente de constructivistas o cognitivistas, sino que los propios investigadores conductistas difieren unos de otros. A pesar de las dudas que genera dentro del ámbito educativo, actualmente su aplicación en las aulas como metodología de aprendizaje sigue en vigor debido a los resultados que consigue, y eso es un hecho. Pero antes de avanzar en este tema, sería interesante hacer un recorrido sobre el origen y el desarrollo que tuvo esta corriente a principios del siglo XX.
El fundador de la Escuela Psicológica Conductista fue Watson en el año 1913, tras la publicación de su artículo “La psicología desde el punto de vista conductista”. Su teoría se basaba principalmente en el condicionamiento clásico iniciado ya previamente por Pávlov y su estudio sobre el reflejo condicionado. La teoría afirmaba que partiendo del proceso de condicionamiento clásico se podía conseguir que un sujeto modificara su respuesta a través de un estímulo condicionado. De modo que se genera un cambio de actitud en el sujeto que inicialmente no tenía. (El ejemplo se puede ver en el experimento del perro, la salivación y la campana). Tanto Watson como la reflexología rusa niegan la introspección, pero la principal diferencia que Watson introdujo fue la introducción de sentimientos en el estudio, ya que según él, las conductas surgían del amor, la rabia y el miedo. Al mismo tiempo que su metodología experimental no sólo se centró en animales, sino que experimentó con personas como fue el caso de “El pequeño Albert”.
Otra de las influencias que recibió fue el psicólogo Thorndike y su teoría basada en el co- nexionismo, la cual tenía como base el condicionamiento clásico, pero además introducía lo que sería la ley del efecto. Según Thorndike, una acción acompañada de un estado de satisfacción tenderá a repetirse mientras que una acción seguida de un estado de insatisfacción tenderá a no realizarse tan a menudo. Estos estudios influyeron posteriormente en Skinner, quien proponía un conductismo operante; ante un estímulo se produce una respuesta voluntaria, la cual puede ser reforzada de manera positiva o negativa provocando que la conducta se fortalezca o debilite. Esta teoría la puso en práctica con su hija al observar dificultades en su aprendizaje y la poca eficacia de los métodos empleados en clase, y podría decirse que es la teoría más práctica y la que ha tenido mayor importancia en la actualidad dentro del ámbito de la educación.
Según esta filosofía, el alumno sólo aprendería si se produce un cambio en su actitud. Por tanto, el objetivo del conductismo en educación sería condicionar a los alumnos para que por medio de la educación supriman conductas no deseadas y aumenten conductas positivas (refuerzo-castigo). Establecen un modelo de comunicación vertical dentro del aula, donde el papel del profesor sería de emisor activo, es la persona que posee los conocimientos, diagnostica y diseña la instrucción. Mientras que el alumno es el receptor pasivo, que debe respetar a la autoridad (el profesor) y que su aprendizaje dependerá de los estímulos que reciba del exterior.
Esta metodología será criticada posteriormente por Bandura con su teoría cognitivo-social. Él considera que el sujeto no sólo actúa de forma automática, sino que el sujeto también reflexiona y responde de forma significativa. Según él, la persona mediante la observación puede aprender una acción y sus consecuencias, y su decisión estará influenciada por sus características personales y su motivación. Por tanto, se podría decir que la teoría de Bandura se ubicaría entre el conductismo y el cognitivismo.
Partiendo de estas ideas generales, puede ser fácil la crítica de esta teoría de aprendizaje ya que tratar a todos los alumnos por igual, sin diferenciar aptitudes y habilidades de cada uno es un error. Con el paso de los años se ha demostrado la diversidad del alumnado que hay dentro de las aulas, y seguramente, por ello existen diferentes teorías de aprendizaje. Creo que hay que entender la pedagogía conductista como una herramienta más, entendiendo sus pros y sus contras, y saber emplearla de forma beneficiosa para el alumno, el profesor y el aula en general. Toda teoría puede ser complicada si se lleva al lado más extremo, pero en cambio, si se utiliza correctamente puede ser una metodología esencial. Bien es cierto que la teoría que propone Watson podría ser muy arcaica y radical, pero gracias a sus estudios iniciales ha conseguido que otros investigadores desarrollen el conductismo de una forma más actual y práctica como la teoría de Skinner y Bandura. Creo que hay que entender el conductismo como una corriente que evoluciona y se desarrolla también por prueba y error y que finalmente, con Bandura, llegando a una teoría más social establece una base muy buena sobre la que partir, porque sin dejar de lado la conducta del alumno, que en la adolescencia puede ser un factor muy importante, también le concede la voluntad y la reflexión.
Mapa conceptual sobre el origen del conductismo y su desarrollo posterior |
Bibliografía
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